La formulación de políticas públicas bajo enfoques tradicionales se reduce a intentos burocráticos de reformas normativas o técnicas, iniciadas o encargadas a instancias gubernamentales -tradicionalmente de planificación-, menoscabando la utilidad de una efectiva participación social, sobre todo en entornos complejos de la actividad colectiva. En este sentido, la utilidad del análisis de las políticas públicas se va reduciendo al diseño de modelos teórico-normativos jerárquicos basados en la predicción subyacente de la planificación esquemática, capaces de provocar información densa -evidencia, generar tendencias e hipotetizar el cambio social, pero incapaces de provocarlo debido a su distancia con la significación que emerge de la complejidad. Al respecto de superar la falta de participación e interés colectivo, el laboratorio (social lab, living lab) emerge como una alternativa metodológica para reducir la complejidad y construir decisiones que de la contingencia pasan a la regla; así, el presente artículo describe y analiza los resultados obtenidos de la sinergia entre el Laboratorio de Administración y Políticas Públicas (LAPP) -proyecto de investigación “Potencialidades de la evaluación emancipatoria: una propuesta metodológica”- y el HUB de vivienda Zona 7 -implementado en el 2020 por el Ministerio del ramo-, destacando la participación de los actores y la pertinencia del LAPP como escenario para la experimentación tendiente a provocar el cambio social.
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Autores
José Maldonado, Diego Esparza, María Arévalo, Verónica Loaiza
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